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Cuidado con la IA y las referencias bibliográficas 

Es probable que hayas utilizado la inteligencia artificial (IA) para ayudarte con algunos de tus trabajos. Es aún más probable que la herramienta que empleaste te haya proporcionado citas o referencias bibliográficas; sin embargo, ¿te has preguntado si el programa está haciéndolo de la manera correcta? Pues has venido a averiguarlo al lugar correcto.

El mundo académico está en plena revolución por estos programas automatizados que utilizan grandes cantidades de data para aprender y corregirse a sí mismos de manera continua. Algunas de las razones por la cual la IA está siendo tan utilizada en este ámbito son:

  • Automatiza las tareas que actualmente realizan los humanos. Esto libera a los investigadores humanos para que se centren en un trabajo más creativo y estratégico.
  • Ayuda a descubrir nuevos patrones y perspectivas en los datos. Esto puede conducir a nuevos descubrimientos y avances en la investigación.
  • Personaliza las experiencias de aprendizaje de los estudiantes. Esto puede mejorar sus resultados  y ayudarlos a aprender de manera más efectiva.

En este proceso de creación de un trabajo académico, la selección e implementación de referencias es una parte fundamental, ya que estas proporcionan el sustento necesario para que el proyecto tenga credibilidad. 

En este sentido, uno de los puntos a favor de la IA es que puede encontrar y citar fuentes de forma rápida y precisa. Esto se debe a que puede acceder y procesar grandes cantidades de información mucho más rápido que los humanos. Esto resulta muy atractivo a la hora de apoyarse en esta herramienta, ya que facilita y agiliza el trabajo.

Por otra parte, la IA también puede ayudar a identificar y prevenir el plagio, debido a que puede comparar un documento con una base de datos de fuentes conocidas e identificar cualquier pasaje que se haya copiado sin atribución.

No todo es color de rosa

No obstante, no todo es color de rosa. Estos programas automatizados pueden ser engañados por fuentes inexactas o engañosas, ya que se basan en la precisión de la información que se le proporciona. Si una fuente es inexacta, la IA no podrá identificarla como tal.

Otra debilidad de la IA es que puede estar sesgada en su selección de fuentes. Esto se debe a que está entrenada con datos creados por humanos, y estos datos pueden reflejar sesgos humanos. Como resultado, es más probable que la IA cite fuentes que respalden un punto de vista particular, incluso si hay otras fuentes que ofrecen una perspectiva más equilibrada.

En resumen, la IA tiene el potencial de ser una herramienta poderosa para citar y hacer referencia a fuentes; sin embargo, es importante ser consciente de sus limitaciones y tomar medidas para mitigarlas. Al hacerlo, podemos garantizar que la IA se utilice de manera responsable y precisa.

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